
pensando que tal vez es posible reponerse
Creemos que las nubes reciben un trato injusto y que la vida sería infinitamente pobre sin ellas.
Pensamos que las nubes son la poesía de la naturaleza y el más igualitario de sus despliegues, ya que todo el mundo cuenta con una estupenda vista de ellas.
Nos comprometemos a luchar contra la obsesión por los cielos azules allí donde la encontremos. La vida sería muy aburrida si día tras día tuviésemos que alzar los ojos hacia una monotonía sin nubes.
Pretendemos recordarle a la gente que las nubes son expresiones de los cambios de humor de la atmósfera y que pueden interpretarse como las del rostro de una persona.
Creemos que las nubes son para soñadores y que su contemplación beneficia el alma. De hecho, los que piensen en las formas que ven en ellas se ahorrarán las facturas del psicoanalista.
Así pues, declaramos ante todo aquel que quiera escuchar:
Alza la vista, maravíllate ante su efímera belleza y vive la vida con la cabeza en las nubes.
En su primer edición el Festival brinda al público de la Ciudad propuestas singulares: artistas geniales, espectáculos creativos y divertidos de gran excelencia y calidad.
Habrá espectáculos nacionales e internacionales con entradas muy accesibles (de $10 a $25) y un ciclo de shows con entrada libre y gratuita.
¡¡¡¡¡Se agradece!!!!!!!
http://www.festivalpolocirco.gov.ar/home09/web/es/polocirco/index.html
"En el lenguaje corriente, el término inconsciente se utiliza como sustantivo para designar el conjunto de los procesos mentales que no necesitan depender de una prioridad, pues o bien no son relevantes para la tarea que se está desarrollando o porque ya tienen un camino establecido que atiende a esos eventos de forma automática, por lo que no son pensados conscientemente. También se puede emplear como adjetivo, con una connotación peyorativa, para hablar de un individuo irresponsable o loco, incapaz de dar razón de sus hechos y gestos."
...Malita cabeza...
Sus caricias poseían una extraña cualidad. Unas veces eran suaves y evanescentes, otras, fieras, como las caricias que Elena había esperado cuando sus ojos se fijaron en ella; caricias de animal salvaje. Había algo de animal en sus manos, que recorrían todos los rincones de su cuerpo, y que tomaron su sexo y su cabello a la vez, como si quisieran arrancárselos, como si cogieran tierra y hierba al mismo tiempo.
Cuando cerraba los ojos sentía que él tenía muchas manos que la tocaban por todas partes, muchas bocas tan suaves que apenas la rozaban, dientes agudos como los de un lobo que su hundían en sus partes más carnosas. Él, desnudo, yacía cuan largo era sobre ella, que gozaba al sentir su peso, al verse aplastada bajo su cuerpo.
Deseaba que se quedara soldado a su cuerpo, desde la boca hasta los pies.
Fragmento de: "Delta de Venus" (Anaïs Nin)