Monday, January 21, 2008

DIARIO DE VIAJE








DIA I

La noche anterior fue triste, las despedidas no son de mi agrado, pero era algo mas que la despedida, un vació invadía mi pecho, es ahí donde te doy señales de que vivo, y que te extraño, y aunque saber de vos no me hace mejor, lo sigo haciendo.

Después de miles de intentos, pude cerrar mis ojos pensado en todo lo que iba a pasar en los próximos 15 días.

Después de unas horas Soma me despertó para salir, me volví a acostar, sonó la alarma y me volví a levantar, pero esta vez para irme. Me bañe sabiendo que tal vez por algunos días no iba a pisar una ducha. Me cambié, desayuné el viejo pan dulce de la navidad, revisé que no me faltara nada, me puse la mochila y subimos al auto.

Lloviznaba en Buenos Aires, y el tráfico invadía las calles del centro y la autopista. Llegue a la estación de tren, y seguía lloviendo... los chicos no aparecían y yo que quería ir, quería abandonar buenos aires cuanto antes. Al rato llegaron cargados con las mochilas y otros bolsitos. Avisaron que hasta las 13 no iban a dar la hora de salida del tren, eran las 10 y media. Mis papas se fueron, quedamos solos, con muchos bolsos y con todas las ganas de irnos. Apareció mi abuelo, que como había prometido, iba a venir a saludarme, me puso contenta, cada vez que lo veo no puedo dejar de sonreír. Me dio un beso y se fue.

Ya eran las 12 y ya teníamos hambre, fuimos a comer una pizza con cerveza y brindar, por el viaje.

Volvimos a la estación, nos sentamos en el anden a esperar el tren.

Luego de dos horas de chistes irónicos llego finalmente el tren a las 15:50. Nos ubicamos en nuestros asientos, y la pelea de quien iba del lado de la ventana. Nos íbamos turnando...

Y llego la primer parada, se quedo la locomotora antes de llegar a Zárate, venia una en camino para cambiarla, después de una larga hora arrancamos nuevamente. Se hizo de noche, nos pusimos a escribir, comimos lo que pudimos... Galletitas con atún, volvió a parar el tren... ya eran las 12 de la noche, miré por la ventana, había un rancho con una luz en la puerta, estábamos en General Campos, hacia frío, Iván saco su bolsa de dormir y nos tapamos, dormimos como podíamos en ese asiento tan incomodo...

DIA II

Desperté y el sol todavía no había salido, el tren estaba parado... abrí la ventana y estaba el mismo rancho con esa luz en la puerta. Hacia frío, y la bolsa de dormir de Iván nos tapaba a los tres.

“La locomotora se quedo sin batería”, era lo que se comentaba por todos los vagones hasta el ultimo, donde estábamos nosotros.

Estábamos cansados, dormimos poco y muy incómodos, quería dormir, tenia mucho sueño pero la bronca de estar en el mismo lugar que anoche no me dejaba tranquila. Eran las 6 de la mañana y ahí estábamos, en el mismo lugar de siempre. Llego la locomotora, y llegamos a General Campos, allí nos agregaron otra locomotora mas atrás... a falta de una... dos!.

Las horas se hacían eternas, Santiago se dormía en cualquier lado y a cualquier hora, y con Iván ya no sabíamos que hacer para estar cómodos.

Eran las diez de la mañana y hacia calor como si fuera el mediodía. Mientras que Santiago dormía, fuimos al bar del tren que tenia aire acondicionado y nos pedimos un desayuno para poder soportar el resto del día. El café con leche mas feo del mundo y las tostadas mas duras que una piedra, era el menú para desayunar, deje las tostadas donde estaban y nos fuimos al ultimo vagón, ahí donde estábamos.

El tren funcionaba a la perfección, pero el calor nos agobiaba.

El calor era parte del paisaje, enormes campos amarillos y las vacas bajo una pequeña sobra de un árbol seco. Paramos en un pueblo y con Santi bajamos a comprar hielo (dos botellas de plástico con agua adentro, congelada). Nos mojamos la cabeza bajo una canilla y volvimos a subir al tren. Sin esas dos botellas no podriamos haber aguantado el calor del madiodia.

Si todo sigue igual llegaremos a Posadas a las 2 de la mañana, y de ahí veremos que hacer... Con Iván tenemos el plan de ir a un hotel a bañarnos y sacarnos toda la bronca, descansar y empezar el viaje como nuevos. Pero Santi tiene una idea mas hippie para nuestro destino...

La noche cae lentamente hasta asentarse en el campo. Asomo mi mano por la ventana y entre mis dedos se mete el viento. Entre el cielo y la tierra, las nubes a lo lejos, que se iluminan con rayos, arriba, millones de estrellas, todas las que nunca vemos en la ciudad, abajo las luciérnagas forman una constelación, y las chicharras, sapos y otros bichos hacen música para esa noche.

No comments: