Thursday, December 2, 2010

Está la puerta abierta

Remolcados por primera vez en todo el viaje, nos llevan hasta un taller que queda justo frente a la casa del señor, donse se arma un revuelo barbaro; todos abandonan sus tareas para intentar arrancar el auto, que por momento lo hace y por otros no.
(...)
Solo lo pudo arreglar al dia siguiente un loco y realmente loco de verdad. Tiene un taller muy pequeño en el que entra unicamente un auto por vez, porque arregla un auto por dia. Tiene en su agenda, dos meses de trabajo reservado, dado lo bueno que es. Entonces le pregunto porque deja un auto para hacer el nuestro.
- Porque lo puedo hacer mañana junto a otro carro. Si quiero, puedo arreglar hasta 3 o 4 por dia, pero me alcanza con hacer uno. Trabajo para vivir, no vivo para trabajar y por eso, mas que nada, me tratan de loco. Creo que su dios nos hubiera creado para trbajar, el cielo seria una gran fábrica- responde mientras desarma mi destribuidor. (...)- No recibo a cualquiera. No porque me paguen tienen derecho a tratarme como quieran. Ademas si el auto no esta limpio y prolijo, no lo acepto. Nadie puede reclamar un buen trabajo para un auto que no se trata bien.

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